La inteligencia emocional se define como un conjunto de habilidades que una persona adquiere por nacimiento o aprende durante su vida, donde destaca la empatía, la motivación de uno mismo, el autocontrol, el entusiasmo y el manejo de emociones.
- Poseer suficiente grado de autoestima.
- Ser personas positivas.
- Saber dar y recibir.
- Empatía (entender los sentimientos de los otros)
- Reconocer los propios sentimientos.
- Ser capaz de expresar los sentimientos positivos como los negativos.
- Ser capaz también de controlar estos sentimientos.
- Motivación, ilusión, interés.
- Superación de las dificultades y de las frustraciones.
- Encontrar equilibrio entre exigencia y tolerancia.
Ventajas de la aplicación de la Inteligencia Emocional en el Campo Laboral
La canalización de las emociones y las conductas es fundamental para el desarrollo de las organizaciones y los objetivos planteados. Por ejemplo, entre las emociones más frecuentes en el trabajo podemos encontrar la satisfacción, el entusiasmo, la confianza, pero también el enojo, la decepción, la frustración, emociones ambas que surgen como reacción ante hechos externos o internos y que, por sí solas no son ni positivas ni negativas para la empresa. Que éstas emociones lleguen a ser beneficiosas o perjudiciales dependerá de la inteligencia emocional de los trabajadores y de cómo estas emociones sean gestionadas.
- Contar con un adecuado desarrollo de la Inteligencia Emocional permite optimizar el desempeño laboral, la comunicación y/o un buen trabajo en equipo.
- Permite reducir y, hasta prevenir, el nivel de conflicto mediante la apertura de la comunicación dentro de un ambiente donde las ideas y las emociones son válidas.
- Desarrollar la inteligencia emocional permitirá descubrir líderes internos y optimizar las habilidades de liderazgo en los diferentes puestos o vacancias.
- Se favorece una mayor adaptación en los procesos de cambio ya que se sabrá manejar el miedo y la incertidumbre.
- Reducir los abandonos de puestos de trabajo por no sentirse apreciado, valorado profesionalmente y como persona. Por su parte, utilizar la inteligencia emocional para aumentar la autoestima personal por encima de las experiencias laborales, ya sean positivas o negativas, se traducirá en un incremento en la satisfacción personal y el rendimiento en general.
Pero, esto no quiere dar a entender que la inteligencia emocional por sí sola puede garantizar el éxito en los entornos de trabajo. Contar con inteligencia emocional no significa saber usarla, por ejemplo, imaginemos una persona con un gran registro de notas musicales en su voz, pero que no ha recibido nunca lecciones de canto. Por muchas cualidades que tenga, sin formación musical específica lo más seguro es que no llegue a tener éxito en el campo de la música como cantante.
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