Después de haber hecho un repaso, para tu preparación es interesante reflexionar sobre tus características personales, es decir, ¿Cómo te definirías?
Es importante que conozcas tus virtudes y tus defectos, ya que una vez que los encuentres y los reconozcas puedes sacarles todo el partido. Para sacarle partido a los puntos débiles debes encontrarle el lado positivo, conviértelos en virtudes, ¿cómo? Pues, por ejemplo: La falta de experiencia siempre se trata como defecto, pero se puede vender como que no tienes malos hábitos y, por lo tanto, es más fácil que te adaptes a la empresa.
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